Opositores se movilizaron este jueves en solidaridad con el estado Zulia, antaño uno de los más pujantes de Venezuela por su riqueza petrolera, y hoy duramente castigado por la crisis económica.
Medio millar de manifestantes marcharon en Caracas para denunciar el estado de postración de Zulia, con apagones de 12 horas diarias y escasez de gasolina, agua y gas.
Simultáneamente, cientos de oficialistas se congregaron en el centro de Caracas contra la «injerencia imperial», en alusión a las presiones de Estados Unidos para sacar del poder al presidente Nicolás Maduro.
«Zulia no está sola», tuiteó el jefe parlamentario Juan Guaidó, reconocido como mandatario encargado por medio centenar de países, quien no acudió a la protesta pese a ser uno de sus convocantes.
Una reja metálica instalada por agentes antimotines impidió que la marcha llegara a la compañía eléctrica estatal Corpoelec.
Aunque se esperaban manifestaciones en otros estados, la participación fue modesta, y en la propia Maracaibo la gente continuó enfocada en abastecerse de combustible y demás bienes básicos.
«Nos sentimos muy desanimados, tristes e impotentes porque nadie nos ayuda», contó en Maracaibo José Uzcátegui, técnico en refrigeración de 44 años, en fila desde la madrugada para cargar gasolina.
La escasez se acentuó tras un embargo petrolero de Washington, impuesto en abril.
Durante la protesta en Caracas, María Betancourt contó que se mudó de Zulia a la capital hace dos meses, buscando mejores condiciones.
«Caracas es Narnia porque aquí no pasa nada», dijo esta contadora de 54 años, impactada por la actividad comercial de la capital, en referencia al mundo de fantasía creado por el escritor británico C. S. Lewis.
Según la Cámara de Comercio de Maracaibo, las ventas en la ciudad cayeron un 70% entre julio y septiembre último con respecto al trimestre anterior.
Venezuela, otrora potencia petrolera, atraviesa la peor crisis de su historia reciente con una caída en su vital producción de crudo y una inflación estimada por el FMI en 200.000% para 2019.
Guaidó intenta reactivar las movilizaciones que acompañaron su autojuramentación a inicios de año y prepara una protesta para el 16 de noviembre.
En tanto, los chavistas aprovecharon la jornada para respaldar las manifestaciones en Chile y las que ocurrieron recientemente en Ecuador.
«Los pueblos se están levantando» frente a «las órdenes del imperialismo», afirmó el número dos del oficialismo, Diosdado Cabello.
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