El director de la firma consultora Aristimuño Herrera & Asociados, César Aristimuño, afirmó que el aumento del salario mínimo en Venezuela no va a solucionar los problemas reales de los venezolanos.
En entrevista concedida al programa Primera Página de Globovisión, el economista dijo que «el problema, más que el salario, es el control de la inflación. No tiene sentido subir el salario mínimo, mientras que la inflación sigue su rumbo ascendente».
El economista precisó que el gobierno tiene que manejar las políticas de incidencia que permitan que la inflación empiece a registrar una disminución acelerada, consistente y sostenible, en función de que el trabajador pueda cubrir sus necesidades fundamentales.
Asimismo, indicó necesario que el sector empresarial reactive sus operaciones, de manera segura y con protocolos estrictos de prevención del Covid-19, para poder satisfacer las necesidades de la sociedad y generar empleo con una mayor remuneración.
«Es un aumento (del salario) que tiene una incidencia en el total paquete de la remuneración anual, más los costos de los aportes patronales», a la vez que resaltó que el problema no es el sector privado, sino parte de la solución.
Las empresas no tienen la capacidad para reponer inventarios – explica Aristimuño – cuando se tiene una estructura de costos dolarizada en todos los rubros que afectan los procesos de producción de las empresas.
El aumento en los precios de más del 100%, repercute en los costos de las empresas. El sector privado para poder producir debe tener rentabilidad, y lo que ha ocurrido es que se han registrado caídas muy importantes de sus ventas en el último año.
Al respecto de la disminución del encaje legal que mantiene la banca nacional, el consultor explicó que mientras no haya crédito, las posibilidades de que la empresas puedan operar y reponer sus inventarios son mínimas, ya que el Banco Central de Venezuela (BCV) mantiene una restricción innecesaria sobre la cartera de préstamos, mediante un encaje legal de 93%. «Estos son recursos que la banca no puede utilizar para convertirlos en su principal actividad que es el crédito», subrayó.
«Si se llegase a liberarse el encaje, las empresas tendrán mayor oportunidad para poder apalancarse, tener un auxilio financiero que permita poder operar con mayor tranquilidad», precisó.
Cabe destacar, en palabras de Aristimuño, que el encaje legal bancario en América Latina alcanza promedio de 12%.
«Las captaciones del público son la materia prima de la banca. La banca los transforma en la venta de sus productos, es decir, en créditos. A pesar de que la banca cuente con recursos, el sector privado no puede acceder a ellos», explicó Aristimuño.
Concluyó que toda la actividad económica está siendo impactada y en el caso venezolano, muchas familias están sufriendo debido al azote de la pandemia de Covid-19 y la caída en las remesas.
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