Estoy seguro de que muchos de los padres en nuestro país, cuyos hijos están en edad escolar, desearían que sus hijos complementaran su educación académica con una educación sobre el dinero, lo que les brindaría una gran defensa para el futuro, en el que tendrán que acudir a una entidad bancaria a pedir un préstamo, decidir qué parte de sus ingresos va ser destinada al gasto, cual al ahorro y qué porcentaje a la inversión. Además deberán tener un gran control de las comisiones bancarias para evitar sorpresas con cargos a sus cuentas.
Lectura recomendada: La importancia de la educación y cultura financiera
Una de las cosas que considero más importantes para tener la vida que deseamos es crear una estructura financiera que permita a nuestros hijos, años tras año, incrementar su ahorro con el fin de evitar las duras situaciones que vemos y vivimos cada día, en las que miles de personas se enfrentan a graves problemas por impago.
Todo ello tiene una razón de ser: vivimos en un mundo globalizado, en el que nos afectan – aunque muchos consideren que son mundos paralelos- la situación del Riesgo País, Prima de Riesgo de cada país y la evolución de los tipos de interés (que luego se verá reflejada en el pago de los intereses de nuestra deuda), y conocer le enorme relación entre la evolución de la bolsa y nuestro bienestar económico puede ayudarnos, si sabemos cómo podemos beneficiarnos de ello.
Pues bien, estimados lectores cada artículo que escribo, lo hago con un claro objetivo: cubrir una necesidad que puede ayudar al que se deje ayudar.
En el caso de esta serie de artículos, la necesidad es la de tener, sembrar en nuestros lectores, en nuestra sociedad incluso una buena educación financiera personal, practica y más importante aún, viable, factible en el entorno turbulento y complejo en el cual nos desenvolvemos día a día, esto para que a su vez podamos transmitirla a nuestros hijos, familiares, amigos con el fin de que ellos no tengan ni caigan en los mismos problemas financieros actuales. Para ello es y será necesario compartir con todos, una serie de conceptos, ideas y formas de pensar que les aporten esa diferencia necesaria sobre el resto de la población en materia de dinero.
Educar financieramente es mucho más que enseñar las técnicas de administrar nuestro propio dinero, que es un primer paso para no hundirnos en las deudas. Es tener muy claras las reglas del dinero para ser ganadores en este juego. Seguramente, a muchos de nosotros nos suenen cercanas las enseñanzas que nos inculcaron desde pequeños sobre la importancia del ahorro, cuando depositábamos en nuestra alcancía (normalmente con la simpática forma de un cochinito).
El dinero que recibíamos por nuestros cumpleaños, comuniones, Navidades, etc., con el argumento de que ese ahorro sería necesario para el futuro, algo que a simple vista no está mal enfocado, pero que evidentemente no es ni será nunca suficiente, dado que con ello no se evitan tener más adelante, si nuestra educación financiera se limita exclusivamente a esas idea, ciertos problemas financieros.
Nos preguntamos: ¿dónde queda el termino ((inversión))? ¿Hasta qué punto es bueno asumir deudas?, ¿sabemos sacarle realmente rentabilidad a nuestro dinero? ¿O realmente lo cedemos (( gratuitamente)) a una entidad financiera para que nos ofrezca un deposito una cuenta corriente que apenas nos da un porcentaje de rentabilidad anual, que sabemos perfectamente nonos ayudara a mejorar nuestra riqueza para los próximos tiempos ( meses, años).
Estimados lectores, sean ustedes padres, madres o esperen serlo en algún momento de su vida, podemos asegurarles sin ninguna duda, tras nuestra trayectoria en el mundo financiero – analizando, investigando, observando, y hasta invirtiendo capital. Conversando con cientos de personas sobre lo que debería hacer con su capital para evitar los principales errores que cometemos en nuestro país, continente – , que la diferencia entre la riqueza y pobreza no es el dinero, sino la educación financiera.
Educar a nuestros hijos, es educar por ende a nuestra sociedad, educarnos a nosotros mismos o bien transmitir estos conocimientos a nuestros seres queridos será la mejor manera de ayudar a una persona, dado que todo el mundo, en mayor o menor medida, maneja dinero a lo largo de gran parte de su vida, y lo que realmente le diferenciara económicamente del resto será lo que haga con su dinero, desde que le llega por una mano hasta que le sale por la otra.
La decisión de ahorrar, invertir o gastar es lo que marca la diferencia entre personas cuyo capital crece año tras año y aquellas – de las que seguramente conocemos varias – que, independientemente de que incrementen sus ingresos, tienen o tendrán siempre problemas de dinero y necesitaran seguir ingresando más, creyendo que con esto eliminaran sus problemas económicos, sin saber que estos radican en su educación financiera.
Ejemplos, que conversamos muchas veces con nuestros amigos, sobran, porque los vivimos a diario.
Supongamos que vamos por la calle caminando y nos encontramos con una persona que, por desgracia, mendiga y pide limosna. Si deseamos ayudarla, podemos seleccionar una de dos opciones: la rápida y sencilla o la lenta y compleja.
La solución rápida será ofrecerle un poco de dinero y seguir con nuestras vidas. Pero es muy probable que al día siguiente o la próxima vez que pasemos por ahí volvamos a encontrarnos con la misma situación, con la misma persona, dado que esa limosna es una simple tirita ante una hemorragia mayor, que es la carencia de una fuente de ingresos o un problema financiero mayor.
La solución ((Lenta y compleja)) podría parecer a simple vista chocante para la realidad de la persona que quiere la limosna. Si el problema que le llevo a esa situación es financiero, se sale de ese problema a través de educación financiera. Si nos limitamos a ofrecerle la limosna, el problema de dicho mendigo persistirá, sin poder ofrecerle alguna oportunidad de cambio y sin hacerle ver cuál es su mayor generador potencial de ingresos: su mente.
Acercarse a dicho mendigo con una lista de libros de educación financiera previamente seleccionados de la biblioteca pública- y, por lo tanto, de acceso gratuito – le ofrecerá una posibilidad real de adquirir el conocimiento sobre educación financiera necesario para explotar su potencial y convertirlo en una fuente de ingresos; eso es lo que realmente podrá ayudarlo. Como dice un gran proverbio: ((Si tienes un amigo, dale un pez, pero si es realmente tu amigo, enséñalo pescar)). De esta manera, l estaremos ofreciendo una vía de escape a su problema financiero basándonos en una solución financiera.
Esta situación que acabamos de exponer, podrá parecerle un poco extremista, estimados lectores, pero vivimos en una realidad que siempre supera la ficción. Y si se para a mirarlo con objetividad, se dará cuenta de que la solución de ofrecer una simple limosna no ayuda a erradicar el problema, y quizás no haga más que alargar esa situación en la que nadie quiere estar.
Por todo esto, para que podamos trasmitir a nuestros hijos o familiares queridos una educación financiera de calidad, es necesario que nosotros mismos tengamos previamente esos conocimientos solidos que nos ayudaran en nuestra economía, y luego los transmitamos a nuestros familiares con base en nuestra experiencia.
Asi pues, y siguiendo el proverbio anterior, no vamos a darle a lector un pez, sino que le tratamos de enseñar a pescar. Para que pueda posteriormente, transmitirles a sus hijos esa importante educación financiera, que, sin lugar a dudas, los ayudara en sus vidas.
Nuestros artículos están enfocados a ser un apasionante viaje sobre la educación financiera, aun mas en el entorno actual en el que nos desenvolvemos, en medio de una aldea global, sentando las bases para una sana salud económica y financiera.
¡Vamos allá !
*MsC en administración mención Gerencia de Finanzas (Unimet). Twitter: Jose_I_Guarino
Fuente: http://ift.tt/2ufmeSf
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