jueves, 1 de junio de 2017

Qué está haciendo Portugal para convertirse en la “estrella” de los mercados

La economía de Portugal acumula trece trimestres consecutivos presentando crecimientos interanuales positivos, el último de ellos con un aumento del 2%. La tasa de desempleo ha bajado por debajo del 10% por primera desde el primer trimestre de 2009 y el déficit público representa el 2,1% del PIB. Antonio Costa, primer ministro del país, se vanagloria de haber conseguido estos datos sin hacer caso a las recomendaciones de Berlín en una entrevista con el mismísimo diario alemán Handelsblatt.

Los mercados son conscientes de esta mejora. El bono a 10 años de deuda portuguesa ha pasado de pagar más de un 4,2% a principios de 2017 hasta el 3,044% de interés que está ofreciendo hoy jueves en los mercados secundarios de deuda. “Se ha convertido en la estrella de los mercados”, destacan desde The Wall Street Journal.

Costa destaca que “el desempleo se encuentra en una tendencia descendente y hemos reducido el déficit al 2% en 2016. Este dato está claramente por debajo del 3% requerido por la Unión Europea y es el descuadre más pequeño de Portugal en 42 años, pero aún así vamos a reducir más el déficit este año”.

Luis Onofre, empresario luso y diseñador de zapatos, comenta al diario estadounidense que los empresarios están sintiendo que las cosas han cambiado, el optimismo está aumentando poco a poco. “Los años del rescate del país son una especie de periodo oscuro, pero ahora las nubes se han ido”.

Acabar con la austeridad era “fundamental”

Costa destaca que “acabar con la austeridad era algo fundamental para levantar la confianza de la gente y de la economía. La inversión privada ha crecido más de un 7% durante el último año y es creciendo todavía más rápido ahora. La confianza es clave en la economía y eso es lo que hemos dado a los portugueses: confianza en su país, su futuro y nuestra capacidad para salir de la crisis”, destaca el primer ministro portugués en su entrevista con Handelsblatt.

También es importante destacar que la demanda exterior también ha sido fundamental para la economía lusa. Por un lado, el turismo ha subido con fuerza hasta representar el 6,4% del PIB frente al 4,6% que representaba en 2011. Los ataques terroristas en países del norte de África, Turquía o Francia han ‘desplazado’ a miles de visitantes hacia tierras portuguesas.

Mejora exterior y reformas pasadas

Pero también el mejor contexto financiero y de crecimiento en la eurozona, y sobre todo en España, están ayudando a que Portugal salga adelante y genere empleo. A esto ha ayudado sin duda la devaluación interna (moderación de salarios y beneficios distribuidos) que puso en marcha Pedro Passos Coelho, primer ministro de Portugal entre 2011 y 2015.

Sin duda, también han sido muy favorables la política monetaria del Banco Central Europeo, cuyo programa de compras de bonos ha reducido sustancialmente la partida dedicada al pago de los intereses en los presupuestos lusos. Además, el desplome del petróleo y su efecto sobre la balanza comercial y el poder de compra de los portugueses ha sido decisivo para reanimar el consumo interno y reducir el déficit externo.

Las exportaciones han pasado de representar un 30% del PIB en 2007 hasta superar el 40% en la actualidad. A día de hoy, Portugal exporta más de los que importa. Además, sumando el resultado de la balanza de pagos por cuenta corriente más la de capital (capacidad de financiación), Portugal ha pasado de tener un déficit del 10,9% de su PIB a un superávit del 1,7% que presentó en 2016, es decir, Portugal es ahora acreedor neto del resto del mundo.

Aunque una parte importante del mérito sea consecuencia de las reformas del pasado, ahora la situación parece estar mejorando poco a poco. Costa ha devuelto las pensiones a los niveles previos a la crisis, al igual que los salarios de los empleados públicos, que también han vuelto a recuperar los horarios de trabajo que tenían antes del rescate financiero del país.

Para este año, los presupuestos del país van más allá y apuestan por nuevas subidas en las pensiones más bajas, unos 10 euros más por pensionado, a la par que se incrementan los beneficios por tener hijos y algunas exenciones fiscales para las familias con ingresos bajos.

Para compensar estas partidas de gasto, los economistas del Gobierno han incrementado los impuestos sobre las bebidas azucaradas, un incremento en el gravamen sobre algunos bienes de lujo y casi triplicar el impuesto que pagan los arrendadores de apartamentos turísticos. La tasa de interés de este último impuesto ha pasado del 15% hasta el 35%.



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