jueves, 26 de octubre de 2017

Analfabetismo económico-regulatorio

Venezuela ha destacado durante los últimos lustros en todos aquellos ranking sobre intervencionismo económico y falta de libertad económico como uno de los países más regulados del mundo.

No solo destacamos cuantitativamente en estos índices sintéticos, promedios y generales, sino igualmente destacamos cualitativamente por ser uno de los pocos países en el mundo que posee leyes de control de precios generalizados y de aplicación universal, aún cuando esto constituye un enorme absurdo y una masificación de falsos positivos.

A lo largo de, al menos los últimos 10 años, el discurso gubernamental en materia económica ha gravitado casi exclusivamente alrededor de expresiones como: monopolios, oligopolios, monopsonios, regulaciones, carteles, especulación, explotación, control de precios, control basados en costos, estructuras de costos, regulación de rentabilidad y la ganancia, precios excesivos, boicot, manipulación de los factores de producción, desabastecimiento programado, especulación, poder de mercado, etc., conceptos todos propios de la teoría económica de la regulación económica y de la teoría de la organización industrial. Lo anterior, a pesar del pobre manejo por parte de los funcionarios respecto al significado de la mayoría de estos conceptos, situaciones de mercado y prácticas corporativas e ilícitas.

La teoría económica sobre la regulación y los mercados imperfectos, así como la teoría de la organización industrial ha podido ser, si no la más prolija, una de las áreas más prolijas de la economía durante los últimos 30 años en el mundo. Basta mencionar el Premio Nobel de Economía del año 2014 al francés Jean Tirole, por sus aportes a esta área de la economía.

Países como República Dominicana, Perú, Argentina, Uruguay, Colombia, Chile, entre muchos otros, no sólo incorporan en sus planes y pensum de estudio de pregrado de economía asignaturas relacionadas con la regulación económica y la economía industrial, sino que muy especialmente ofrecen programas de postgrado, por ejemplo maestrías, completamente especializadas y dedicadas a esta área de la economía.

En Venezuela, ninguna escuela de economía dicta un curso o asignatura de pregrado formal y riguroso sobre regulación económica y la teoría de la organización industrial, mucho menos existe un programa de postgrado, ni siquiera una asignatura a este nivel en las más prestigiosas universidades y escuelas de negocios del país.

El país se hunde en una profunda crisis económica explicada en gran parte por una serie de políticas regulatorias desacertadas o por la ausencia de otras de mejor diseño.

El sector privado, víctima de estas fallas de gobierno, no cuenta con espacios de análisis regulatorio que llamen la atención y permitan realizar las advertencias sobre la lesión que se le produce a la sociedad producto de malas políticas públicas y regulatorias.

La oposición no ha realizado un solo llamado de atención técnico sobre las numerosas fallas de gobierno en las que se han transformado las acciones públicas y regulatorias.

Bien dijo Simón Bolívar que “un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”.

* Economista UCV. Master in Competition and Market Regulation, BarcelonaGSE, Universidad Pompeu Fabra, Universidad Autónoma de Barcelona. Master en Economía Industrial, Universidad Carlos III de Madrid. Master en Economía y Derecho del Consumo, UCLM. Postgraduate Diploma in Economics for Competition Law, Kings College London, University of London. Especialización en Economía de los Sectores Telecomunicaciones, Energía, Farmacéutico, Transporte, Agua y Banca, Universidad Carlos III de Madrid, Universidad Pompeu Fabra. Programa Avanzado en Política de Competencia, Instituto de Empresas, IE.



Fuente: http://ift.tt/2iCuJpO

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