Ford registró unos beneficios netos de 1.564 millones de dólares en el tercer trimestre del año, un 63,4 % más que en el mismo periodo de 2016, aupado por las ventas de camionetas y todocaminos SUV, informó hoy el gigante automovilístico.
En el acumulado de los primeros nueve meses de 2017, la compañía estadounidense ganó 5.193 millones en los nueve primeros meses de 2017, lo que supone un descenso del 3,4 % respecto a los primeros nueve meses de 2016.
Su modelo de camionetas de serie F se vendió por una media de 45.400 dólares, 2.300 dólares por encima de hace un año, y la demanda de los camiones gama alta como Lariat, King Ranch y Platinum ha crecido en lo que va de 2017.
De este modo se confirma, según los analistas, que el principal músculo de la compañía son las camionetas y camiones, ante la creciente competencia de las empresas asiáticas, que han logrado imponerse en turismos y vehículos de menor tamaño.
“La serie F siempre jugará un papel importante para la empresa, es uno de nuestras marcas más preciadas”, afirmó Bob Shanks, director financiero de la compañía, en una llamada con analistas para comentar los resultados.
En conjunto, Ford anunció que sus ingresos en el tercer trimestre ascendieron a 36.451 millones de dólares, ligeramente por encima del año pasado, lo que coloca los correspondientes a entre enero y septiembre en 115.450 millones de dólares.
“Este trimestre demuestra que el enfoque de nuestro equipo está mostrando sus primeros resultados prometedores”, dijo Jim Hackett, nuevo consejero delegado de la firma, tras su primer trimestre completo en el cargo, en un comunicado.
Ford situó sus ganancias por acción para 2017 entre 1,75 y 1,85 dólares, un abanico más alto que lo anunciado con anterioridad.
“También sabemos que debemos acelerar el progreso en el corto plazo, mientras tomamos los pasos necesarios para redefinir fundamentalmente nuestras operaciones de negocio”, agregó Hackett.
Por regiones, en Norteamérica los beneficios antes de impuestos de Ford en el tercer trimestre aumentaron en alrededor de 400 millones de dólares y se situaron en 1.700 millones.
En Suramérica, Ford perdió 158 millones de dólares en el tercer trimestre, lo que supone una mejora con respecto al año pasado gracias a la mejora de las condiciones macroeconómicas en la región.
Por su parte, en Europa, las pérdidas se situaron en 86 millones de dólares, aunque Ford dijo que en el conjunto del año espera que la región sea rentable pero por debajo de los niveles de 2016.
En Oriente Medio y África, perdió 60 millones de dólares, mientras que en Asia-Pacífico la compañía ganó 289 millones.
Ford, con sede en Dearborn (Michigan) y el segundo constructor de automóviles de EE.UU., apuntó que los resultados podrían haber sido mejores si no hubiese habido un impacto negativo de los tipos de cambio del dólar canadiense, la rupia india, el peso argentino y el baht tailandés.
“Estamos acometiendo una revolución. Puedo asegurar que estamos comprometidos con la transformación de nuestro negocio”, agregó Hackett, en la misma llamada en la que participó junto a Shanks.
A comienzos de año, Ford se marcó como objetivos reducir los costes materiales en 10.000 millones de dólares y los de ingeniería en 4.000 millones, así como fortalecer alianzas con el grupo indio Mahindra y presentar 13 vehículos eléctricos nuevos en los próximos cinco años.
Los mercados valoraron positivamente los resultados de la empresa y en Wall Street las acciones avanzaban un 1,37 % respecto al precio de inicio de la jornada.
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