Las conversaciones entre la Mesa de la Unida Democrática y el gobierno de Nicolás Maduro para plantear una reestructuración de la deuda externa venezolana no progresan en medio de la debilidad de la coalición opositora y los nuevos aires que cobró el oficialismo tras las elecciones de gobernadores.
Fuentes de la oposición dijeron a la firma Reorg Research que la propuesta de Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, hecha la semana pasada, buscaba un acercamiento al gobierno para negociar el tema y una recuperación del rol de la instancia legislativa. Sin embargo, “las negociaciones no están progresando mientras el gobierno continua buscando fuentes de financiamiento para cancelar pagos clave y consolidar el momento político”.
“No nos están dando nada”, dijo a Reorg Research un miembro de la oposición. Con el resultado de la elección regional, hubo un cambio en el ánimo de negociación pues el Psuv ganó ímpetu político y ahora “no necesita nada” de la oposición, observó otro miembro de la MUD. El partido gobernante “no está cerca” de otorgar ningún poder a la oposición o la Asamblea Nacional, dijo la fuente.
La MUD enfrenta un duro episodio en su actividad política, luego de un sorpresivo resultado electoral adverso que ha desencadenado la ruptura de su estructura interna con ataques entre los partidos que la integran.
Por otro lado, el gobierno se ve en la necesidad de cancelar, solo entre octubre y diciembre, más de $3.700 millones, en medio de una grave crisis económica que afecta con escasez e inflación a la población venezolana. Con el agravante de que las sanciones estadounidenses impuestas en agosto le impide emitir nueva deuda mayor a 30 o 90 días.
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