Desde septiembre del año pasado, Venezuela lidera de forma continua la lista de los 10 principales países solicitantes de asilo en Estados Unidos. En el primer semestre de 2017 el Servicio de Ciudadanía e Inmigración estadounidense recibió 15.432 aplicaciones. Esta cifra promete sobrepasar a final de año las 18.155 realizadas en 2016. Esto representa un alza de 148% entre 2016 y 2015 pero si se compara con 2014 las solicitudes aumentaron 518%, señala un reporte de elnacional.com.
Hasta la fecha, marzo de 2017 ha sido el mes con mayor repunte al presentarse 3.404 solicitantes ante la oficina de inmigración estadounidense, mes en el que el Tribunal Supremo de Justicia publicó las sentencias 155 y 156, lo que llevó a la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, a declarar la ruptura del hilo democrático, quien además fue destituida por la asamblea constituyente.
El asilo es un derecho humanitario internacional contemplado en el artículo 14 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Se otorga a personas que sufrieron persecución por razones políticas, de raza, nacionalidad o por ser parte de cierto grupo social. Aunque la condición de crisis política y económica no es un aspecto para demandar protección internacional, pues tiene que ser un hecho individual y no colectivo, la situación en Venezuela es la principal causa por la cual sus ciudadanos salen en huída y esperan establecerse en Estados Unidos apelando a esa figura.
“El grueso de solicitudes empezaron a entrar a partir de febrero de 2014. Lo que han hecho es aumentar drásticamente”, expresa el director de Refugee Freedom Program, Julio Henríquez. Ese mes 92 personas pidieron asilo, según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración. Para entonces Venezuela ocupó el último lugar de la tabla, la cual estuvo encabezaba por China, México, Guatemala, El Salvador, Egipto, Ecuador, Etiopía, Haití y Siria. Pero al finalizar 2014, se totalizaron 2.939 peticiones: ahora esta es la cifra promedio de solicitudes que se ha contabilizado cada mes en lo que va de 2017.
En los años siguientes a 2014 Venezuela comenzó a escalar posiciones en la lista de solicitudes progresivamente hasta que en octubre de 2015 ocupó el tercer puesto. En febrero de 2016 se ubicó de primera, pero fue desde septiembre de ese año que se mantiene fija hasta la fecha en el primer lugar.
Esta situación se replica en España. De acuerdo con el informe de 2017 de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, por primera vez el país de origen con mayor solicitudes de asilo fue Venezuela tras alcanzar las 3.960 en 2016. El año anterior fueron 596. “El recrudecimiento de la convulsa situación política y la crisis de la economía nacional explican este éxodo, que también se ha dirigido a Estados Unidos, donde igualmente encabezan la demanda de protección internacional”, se lee en el documento.
Las solicitudes de venezolanos superaron a las de Siria que quedó en segundo lugar con 2.975 solicitudes y luego Ucrania. En la lista aparecen países como Argelia, Colombia, El Salvador, Honduras, Palestina, Marruecos y Nigeria.
Asilos deficientes. Los abogados especialistas en inmigración, Víctor Badell y María Trina Burgos, coinciden en que la mayoría de las preparaciones de asilo de venezolanos son deficientes y no demuestran el miedo creíble necesario para su aprobación. “Es increíble cómo siguen llegando venezolanos a hacer solicitudes de asilo. Continúan las deficiencias en las peticiones, no solo de forma, sino de fondo. Están muy mal presentadas al no tener evidencias. La relación de los hechos no son oportunas, no se demuestra el miedo a plenitud y no poseen pruebas documentales”, explica Badell. Reconoce que, pese a que las aplicaciones no están bien preparadas, este año de cada 10 casos que se les presentan atiende 3, los cuales considera que podrían calificar.
“Se ha visto un cambio a favor de los asilos, la situación de los venezolanos es peor dado a que el régimen se ha desenmascarado –casos de persecución política–. Eso favorecería la adjudicación de asilos de manera positiva”, opina Burgos. En lo que va de 2017 ha atendido 36 casos que podrían prosperar. Y suma 114 casos desde 2014.
El proceso de asilo inicia cuando la oficina del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos recibe la petición. El organismo toma las huellas digitales de la persona y verifica si tiene antecedentes. Si al pasar 150 días desde que se presentó la petición no se obtiene respuesta, la persona puede aspirar a la autorización de empleo, la cual tarda 90 días en ser emitida y debe renovarse cada año.
Tiempo de oro. El Servicio de Inmigración y Ciudadanía presenta un retraso de cuatro años en la revisión de las aplicaciones de asilo. “En este momento van por julio de 2013, en Miami. Para esta fecha, el año pasado, iban por mayo de 2013. No ha avanzado casi nada. Solo que ahora hay más peticiones acumuladas. La razón es que hay problemas en el presupuesto para incrementar el personal”, expresa Badell.
Dado este retraso, los venezolanos ven en el asilo la oportunidad de poder trabajar legalmente en Estados Unidos, pues pasarán años para que revisen la petición que por ejemplo se realice hoy.
“Mucha gente está consciente de que simplemente están comprando tiempo. No es más que un camino para tener el permiso de trabajo a los 8 meses”, señala Badell.
Burgos sostiene: “Es peligroso porque hay muchos asilos sin base, sin causal legal. Pero lo solicitan por ganar un tiempo”. Henríquez advierte que cuando inicie la revisión, se verá “un proceso de deportaciones importantes en personas que no califican para el asilo”.
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