La mayoría de los cuerpos directivos de las empresas tienen como objetivo o estrategia blindar sus negocios ante la volatilidad actual del entorno venezolano. El concepto básico detrás de este enfoque es darle cada vez más independencia a la empresa, desde el punto de vista de integraciones verticales, poder de mercado (mayor cuota), capacidad de lobby político, menor exposición en algunos mercados, dominio sobre proveedores, entre otras medidas.
El punto es que dicha estrategia es en sí una falacia, porque contrario a lo que pareciera racional, la dependencia y no la independencia es la forma de proteger a la organización frente a los riesgos. Hablamos entones de resiliencia de un negocio, es decir, la forma en que una compañía puede seguir creando valor a pesar de estar frente a eventos externos tales como crisis económicas.
Un buen ejemplo para entender este concepto de las dependencias y la resiliencia de su negocio es el caso de Indonesia. Este país es famoso por la gran cantidad de desastres naturales que ocurren constantemente. La compañía de seguros Zurich tiene exposición de su cartera de clientes precisamente en Indonesia. Uno de estos clientes en particular experimentó una severa inundación de sus depósitos y perdió buena parte de su inventario.
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