Ángela Merkel confirmó este lunes que renunciará a la presidencia de su partido de centro-derecha en diciembre y no será candidata a canciller de Alemania cuando finalice su cuarto mandato en 2021.
“Hoy es hora de abrir un nuevo capítulo”, dijo la canciller alemana después de meses de crisis gubernamental y un día después de un nuevo revés electoral en comicios regionales.
Merkel, que lleva 13 años en el poder, también anunció que dejará en diciembre la presidencia de su formación, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que dirige desde hace 18 años.
La dirigente alemana dijo que, pese a dejar la presidencia de la CDU, quería seguir siendo canciller pero que este mandato “será el último”.
Al terminar en 2021 este mandato, Merkel no aspira tampoco a una carrera europea, según dijo una fuente a AFP, lo que supondría un retiro de la vida política de primer plano.
Se trata para la dirigente alemana de un primer paso para preparar su sucesión. La secretaria general de la CUD, Annegret Kramp-Karrenbauer, cercana a la canciller, ya expresó su intención de suceder a Merkel como presidenta del partido, paso previo a una candidatura a la cancilería alemana.
Se trata de una inesperada noticia, posiblemente consecuencia del severo revés electoral del partido de Merkel el domingo en la región de Hesse.
Hasta ahora Merkel había asegurado que consideraba que la presidencia de la Unión Cristiano-Demócrata (CDU) y la cancillería eran indisolubles, pues en caso contrario el jefe de gobierno podría perder credibilidad y autoridad.
– ‘Visiblemente triste’ –
Al realizar este anuncio, Merkel “estaba visiblemente triste pero en absoluto amarga” indicó la fuente a la AFP. Expresó además el deseo que el “debate sobre su sucesión se lleve a cabo de forma amistosa”.
Merkel fue ovacionada por los miembros de la dirección de su partido.
La canciller lucha desde hace meses para mantener su coalición con los socialdemócratas del SPD, pero ésta parece al borde de la implosión tras los fracasos electorales para ambos partidos este domingo en Hesse y a principios de octubre en Baviera.
Los dos grandes partidos asociados en el gobierno de la canciller en Berlín -su formación de centro-derecha CDU y los socialdemócratas del SPD- registraron el domingo pérdidas equivalentes en las elecciones regionales celebradas en Hesse, la región en la que se encuentra la capital financiera del país, Fráncfort.
El partido de Merkel quedó primero y podrá seguir gobernando el Land, aliándose con otras formaciones, pero su puntuación de 27,2%, según las estimaciones, representa un retroceso de 11 puntos respecto a las últimas elecciones, de 2013. El SPD también bajó 11 puntos, con algo menos del 20% de los votos.
En cambio, los ecologistas duplicaron sus resultados, con cerca del 19,6% de los votos, mientras que la ultraderecha de AfD (Alternativa para Alemania) logró entrar en el último parlamento regional en el que no estaba presente, con un salto del 13%.
AfD se felicitó este lunes por los anuncios de Merkel, cuya popularidad no ha parado de caer desde su decisión de abrir la frontera a más de un millón de refugiados en 2015 y 2016, mientras emergía de forma paralela la extrema derecha.
Su futura retirada “tiene mucho que ver son nosotros”, se jactó el copresidente de AfD, Alexander Gauland.
El presidente de otro partido de oposición, Los Liberales, Christian Lindner, ironizó sobre el hecho de que “Merkel abandona el mandato equivocado” al renunciar a la presidencia del CDU y no a la cancillería.
Por otra parte, cada vez hay más militantes socialdemócratas del SPD que reclaman una “cura” en la oposición y que se deje la coalición gubernamental con Merkel, ante el temor de que su partido desaparezca. El SPD está también en caída libre en los sondeos nacionales, ya superado por la ultraderecha, con un 15%, frente al 16% de Alternativa por Alemania (AfD).
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