El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) celebra esta semana su 60 aniversario como referente multilateral en Latinoamérica, donde ha acompañado las «profundas transformaciones» y el «dinamismo» de la región.
«No hay duda que los latinoamericanos y los caribeños de hoy vivimos vidas más largas, más sanas y prósperas que las de nuestros abuelos. Pero aún queda mucho por hacer», afirmó el colombiano Luis Alberto Moreno, presidente la institución desde 2005, en un video institucional.
Para subrayar su papel, el BID acogerá a finales de semana varias sesiones con la participación de jefes de Gobierno y líderes económicos regionales, así como conferencias sobre diversidad y el futuro del desarrollo.
«Ha habido transformaciones muy profundas en Latinoamérica y el Caribe en esos 60 años. Y el banco también cambió y acompañó el dinamismo», apuntó la vicepresidenta de sectores del BID, Ana María Rodríguez, en una conversación con Efe.
Rodríguez remarcó cómo la institución comenzó en 1959 como «un banco de infraestructura y comercio y ha ido evolucionando» para incluir otras cuestiones, como «la transición digital, el cambio climático o los recientes desafíos migratorios».
A lo largo de estas seis décadas, el BID ha tratado de convertirse en mediador clave al fomentar la colaboración público-privada o señalar el ascenso de Asia como motor económico global.
El analista del centro de estudios Atlantic Council Pepe Zhang dijo a Efe que «es el banco regional más antiguo, y siempre ha sido muy ágil. Ha sido un pionero, por ejemplo, en las relaciones entre Latinoamérica y Asia mucho antes de que los vínculos comerciales se estrechasen a partir del siglo XXI con el despunte de China».
En este sentido, el BID organizará este jueves una cumbre empresarial centrada en tres grandes motores de crecimiento: innovación, infraestructura, integración.
Entre los asistentes figuran el venezolano-estadounidense Rafael Reif, presidente del prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT); Dan Bryant, vicepresidente de Asuntos Globales de Walmart; y el panameño Stanley Motta, presidente de Copa Holdings, entre otros.
Desde el banco multilateral se ha insistido en los últimos años en que dos de los grandes retos para la región son hacer frente a la gran brecha en infraestructura para apoyar la expansión económica y aumentar la inversión en investigación y desarrollo.
De acuerdo a datos del BID, Latinoamérica debe invertir cerca de 5% de su PIB anual en infraestructura, unos 150.000 millones de dólares adicionales al año, en las próximas tres décadas.
Por su parte, la creciente competitividad global exige que la región respalde un ecosistema empresarial que favorezca la innovación. Actualmente, solo destina un 0,7% de su economía a investigación y desarrollo comparado con la media del 1,7% a nivel global.
El gerente del sector de integración y comercio del BID, Fabrizio Opertti, apuntó también a Efe que en la región existe un gran impulso «emprendedor», al subrayar que hay «19 unicornios, como se conocen a las empresas que están valoradas en más de 1.000 millones de dólares».
Pero lamentó que es necesaria «una mayor convergencia regulatoria» en toda América Latina para «favorecer la inversión multipaís» y afianzar la integración regional.
El viernes las jornadas estarán centradas en cuestiones de desarrollo, con un panel dedicado al empoderamiento femenino en el que participará Michelle Bachelet, expresidenta chilena y actual alta comisaria para Derechos Humanos de la ONU; y otro de sostenibilidad, con la ministra de Energía colombiana, María Fernanda Suárez Londoño, y la fundadora de Costa Rica Limpia, Mónica Araya.
El BID, con sede en la ciudad de Washington, cuenta con representaciones en los 26 países miembros prestatarios de América Latina y el Caribe, a los que se suman 22 países donantes, entre ellos España, China, Japón y Estados Unidos.
El pasado año el organismo aprobó préstamos por valor de más de 14.000 millones de dólares.
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