Las refinerías de Venezuela están operando muy por debajo de su capacidad y producen aproximadamente 40% del combustible debido al paro de las unidades de conversión en las plantas de Amuay y Cardón.
El suministro de gasolina se mantendrá inestable durante todo el primer semestre del año, adelantan fuentes de la industria petrolera a Banca y Negocios, porque Pdvsa carece de los recursos necesarios para reactivar sus refinerías en un margen siquiera adecuado, aunque se están haciendo esfuerzos por incrementar la salida, especialmente, de gasolina.
Estos esfuerzos puntuales, especialmente en el Complejo Refinador Paraguaná (CRP), en el mejor de los casos podrían representar un aumento de producción de 30.000 barriles diarios adicionales de gasolina, lo que aliviaría la situación en un mercado que demanda poco más de 100.000 b/d, pero el déficit se mantendría.
El Centro Refinador de Paraguaná (CRP), con capacidad de 955.000 barriles diarios, está operando a solo el 11% de su capacidad, según un informe de Pdvsa, registrado por la agencia especializada S&P Global Platts.
El CRP incluye la refinería Amuay de 645.000 b / d y la refinería Cardon de 310.000 b / d, y es el complejo de refinación más grande de Venezuela. También integra a la planta de asfalto «Bajo Grande» de 16.000 b / d.
Según el informe técnico, la refinería de Amuay está operando a solo el 8,5% de su capacidad.
Amuay no ha operado a su máxima capacidad desde agosto de 2012, cuando una explosión causó las muertes de 42 personas e hirió a otras 80.
La refinería Cardón está operando al 11,1% de su capacidad, según el informe. La planta de asfalto Bajo Grande, ubicada en el estado Zulia, permanece cerrada.
Pdvsa opera otras dos refinerías: Puerto La Cruz con capacidad para procesar 187.000 barriles por día y El Palito, en Carabobo, para 140.000 b / d de capacidad. Ambas refinerías están cerradas debido al deterioro de sus unidades, la falta de crudo ligero para procesar y las fallas en el suministro de electricidad.
La petrolera estatal recibe suministros de productos refinados a cambio de crudo de Rosneft de Rusia, Repsol de España y Reliance de India. El problema es que las compras externas de combustibles se realizan con prima, debido al riesgo que corren los proveedores por la imposición de sanciones de Estados Unidos.
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