La economía venezolana alcanzó hitos en 2019, pero no precisamente para celebrar. El economista César Aristimuño, director general de la firma consultora Aristimuño Herrera & Asociados (AH&A), vislumbra para el 2020 un panorama en Venezuela altamente complejo y retador, dependiente del «comportamiento» que asuma el gobierno nacional en materia económica y del desenvolvimiento de la oposición en el ámbito político.
Teniendo en cuenta que Venezuela cierra el año con el mayor índice inflacionario registrado en el mundo, marcado por una hiperinflación que tenderá a continuar y con una caída abrupta de la actividad económica del país -una contracción de 35 % a 38 % -, para el especialista será clave cuánta disposición tendrá el Estado de permitir que una economía de mercado opere en el país sin su intervención para ajustar precios. Aristimuño confía en que actuará de manera positiva.
A su juicio, el gobierno de Nicolás Maduro profundizó en el último trimestre de 2019 una relativa «libertad de acción» para los agentes privados de la economía nacional. Viendo esta tendencia y, en general, la apertura de Maduro a la inversión privada, nacional y extranjera, cree necesario para el 2020 la eliminación definitiva de los controles de precios y de cambio, con libre convertibilidad de la moneda en el país.
Además, indica que es necesario que el gobierno sincere su situación financiera y se desprenda de todos aquellos activos expropiados y estatizados por la radicalización del socialismo del siglo XXI que convirtió a empresas que en algún momento fueron productivas en «empresas parasitarias», lo que constituye un factor de riesgo para el país por el alto gasto fiscal del gobierno en mantener activos que no aportan a la economía.
«Es hora de que el Estado se empequeñezca y que el sector privado se fortalezca», resaltó.
– Los grandes deseos –
ByN: ¿Qué esperar para el 2020 en materia económica y política?
César Aristimuño (CA): – Nos gustaría que el Estado diese una demostración de querer que la economía funcione en un mercado cada vez más abierto, con mejores reglas y que pasen al sector privado todos los activos improductivos del sector público, en condiciones apropiadas, tomando en consideración el entorno económico actual, con la finalidad de que el Estado se desprenda de estos pasivos que le están causando serios problemas, sobre todo por un enorme déficit fiscal.
– El Estado puede empezar a revertir esa realidad y ese accionar económico sobre el cual ha venido sustentando la acción en los últimos 20 años. Es hora que se desprenda de ese modelo que ha sido muy negativo, en términos de resultados, para ver la economía con una estrategia integral que promueva su crecimiento sostenible, con la mínima inflación y orden macroeconómico. De este modo, se permitirá generar mayores tasas de empleo en la economía, con una nómina cada vez más estable y sostenida.
«El Estado ya no tiene capacidad de soportar toda la economía», subrayó.
– Situación bancaria –
El 2020 recibe al país y al gobierno con una situación de ingresos, en dólares, muy precaria y crítica. En tal sentido, el economista César Aristimuño apunta que la situación de la banca en Venezuela puede ser aún más complicada en 2020; sin embargo estima que por la creciente dolarización de la economía, el sistema bancario experimentará un proceso de mutación para adaptarse a esta situación.
La banca estuvo casi paralizada desde el punto de vista del crédito durante 2019, con niveles de intermediación financiera muy bajos, por la decisión del Banco Central de Venezuela de mantener un encaje que constriñe la liquidez disponible para otorgar créditos de manera rentable. La fuente básica de ingresos de la banca se ha venido a menos, perdiendo cada vez mayor participación en el total de los ingresos del sistema.
«Cada vez más son los servicios conexos los que empiezan a representar mayor participación en el total de los ingresos, pero esa realidad coloca a la banca ante una situación muy complicada, el cual ha tenido que ver números muy negativos con una continua caída en el crecimiento anualizado de su resultado neto», detalló.
– ¿Cree que la banca dará un giro positivo en 2020?
Esperamos verlo mucho más fortalecido, pero sin duda la banca venezolana ha sido prácticamente el sector de actividad económica de mayor resultado negativo, con una contracción en los últimos 5 años de casi el 90%. En 2020, la cifra de facturación en el país estará en niveles cercanos entre el 60 y 70 por ciento de la facturación en moneda extranjera. Eso permitirá que la banca se vea obligada a buscar mecanismos para ser un actor clave en este proceso de mediación de pagos, de custodia y de permitir créditos en moneda extranjera.
– ¿Cómo se dará el proceso de mutación?
– Los bancos van a tener que asumir decisiones importantes y aquellos que no lo hagan posiblemente tengan que pagar un costo muy alto. Hay que mirar el entorno económico y adaptarse a él con la finalidad de ofrecer los servicios y de ofrecer todo lo que significa el apalancamiento bajo el proceso de cambio monetario que estamos previendo, que se pueda dar con mayor intensidad para el año 2020.
«En ese proceso de mutación, en caso de que el Estado mantenga la decisión de seguir trancando el crédito en moneda nacional, hay que darle caminos distintos para que la banca pueda seguir gestionando ingresos suficientes que permitan el apalancamiento de un buen servicio», detalló.
– ¿Qué sugerencia puede dar para enfrentar esta situación?
La banca es el 10% de lo que era hace 5 años atrás. La razón por la cual se sostiene, es porque la banca logró una fuerte capitalización, una fuerte estructura en años anteriores que le han permitido soportar esta contracción. Por eso esperamos que el gobierno haga la lectura adecuada a la realidad financiera del país y permita que el sector bancario venezolano logre el proceso de cambio de su marco legal que le permita operar dentro de la dinámica que requiere para poder soportar su estructura y seguir dando el servicio que tradicionalmente lo ha hecho.
– Sector petrolero –
César Aristimuño, director general de AH&A, también sostuvo que Venezuela está dejando de ser un actor fundamental en el sector petrolero internacional.
– ¿Cómo recibe el 2020 el sector petrolero?
– La situación es muy crítica. Todos los indicadores apuntan a que va a ser difícil que Pdvsa recupere más allá de 1 millón de barriles diarios la producción petrolera del país, porque no están dadas las condiciones mínimas. El abandono de los campos petroleros ha sido muy grave. Esperamos que se empiecen a dar cambios dentro de la industria petrolera, con reglas más claras, transparentes y amparadas en un marco jurídico claro para que entre al sector privado de manera transparente.
«Vemos un Estado mucho más débil en el tema petrolero y un sector privado con mayor capacidad de acción, producto de esta necesidad que va tener el gobierno de elevar la producción sin contar con los recursos para ello», expresó.
– ¿Cuáles son las perspectivas de cara al 2020?
– Vamos a tener una desaceleración del proceso inflacionario. Estamos pensando que el PIB va a seguir siendo negativo, pero menos que este año. Posiblemente veamos una contracción en la actividad económica cercana al 10%, aunque este resultado va a depender de cuál será el rol que jugará el gobierno en la economía el año que viene.
En términos de dólar, posiblemente veamos una devaluación continua del tipo de cambio, que va a ser un factor que no se va poder controlar o equilibrar. Tendremos, además, una gran volatilidad en el mercado cambiario.
El sector privado va a tener una mayor disposición a actuar con importaciones con fondos propios. Esperamos que el poder adquisitivo pueda mejorar un poco y veamos un pequeño incremento de la demanda.
«El 2020 pinta como un año de una mínima recuperación económica, pero no mostrando indicadores positivos en el resultado final, sino desaceleración de los resultados negativos sin llegar a mostrar números claramente positivos», expresó.
Estimamos que al gobierno no le va a quedar otra alternativa que permitir que la economía de mercado opere con mucho mayor libertad, con capacidad de acción, puesto que eso lo que va a dar como resultado que el mismo gobierno pueda verse favorecido de esa realidad. Hay que darle al sector privado un rol más importante, y al Estado un papel mucho menos apabullante.
«Lo más importante en el comportamiento de la economía será el rol que va a jugar el gobierno en el próximo año», reiteró.
– A pesar de estos escenarios, ¿se siente usted optimista con el futuro de Venezuela?
– Venezuela es un país con enormes posibilidades y capacidades de recursos, lo que nos obliga a colocarlos en disposición del crecimiento para que Venezuela empiece a revertir esos indicadores negativos que ha venido mostrando.
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