La cotización del oro batió este lunes 27 de julio un nuevo récord en las transacciones asiáticas, confirmando su condición de valor refugio en tiempos de pandemia y de tensiones entre China y Estados Unidos, aunque la caída del dólar también ha contribuido a su subida.
El oro llegó a su máximo absoluto de 1.944,71 dólares la onza el lunes poco después de las 03H00 GMT, y cotizaba en torno a 1.933 dólares a las 05H30 GMT.
Su anterior récord en sesión data de septiembre de 2011, con USD 1.921 la onza.
La cotización del metal amarillo se ha apreciado más del 27% desde principios de año.
Los analistas predicen que el oro superará pronto la barrera de los 2.000 dólares.
Ahora que la epidemia de coronavirus empeora en muchos países, los inversores eligen el oro, el eterno valor refugio en tiempos de crisis.
Las medidas de flexibilización monetaria decididas por la Reserva Federal hicieron bajar el dólar, lo que ha aumentado todavía más el atractivo del oro.
Como el valor del oro se expresa en dólares, una caída de la divisa estadounidense hace que el metal precioso sea más barato para los compradores que utilizan otras monedas.
«Las fuertes alzas son inevitables a medida que entramos en un período similar al aparecido después de la crisis financiera global, cuando los precios alcanzaron niveles récord debido a la cantidad de dinero inyectada por la FED en el sistema financiero», declaró Gavin Wendt, analista de MineLife.
Algunos expertos van incluso hasta predecir una futura cotización del oro a 3.000 dólares la onza, lo que persuade a varios inversores de que no es demasiado tarde para seguir especulando con este metal.
– Un valor refugio de miles de años –
Las primeras minas de oro descubiertas datan de 3.000 años antes de nuestra era, y fueron explotadas por los egipcios. Pero la relativamente equilibrada repartición del oro a escala planetaria ha hecho que numerosas civilizaciones antiguas se hayan interesado muy pronto por este metal.
Al principio, el oro era sobre todo apreciado por su aspecto estético, pero luego se convirtió, a partir de 700 años antes de Cristo, en la base del sistema monetario, junto con la plata.
El metal amarillo, escaso, relativamente fácil de extraer, maleable –se hace líquido a 1.064 grados Celsius– e inoxidable, tiene así numerosas cualidades, además de su belleza, lo que lo convierte en muy práctico y en el metal precioso por excelencia.
El oro mantuvo una predominancia en el sistema monetario internacional hasta 1971 y la decisión del presidente estadounidense Richard Nixon de suspender la convertibilidad del dólar en oro, con lo que se puso fin al sistema de Bretton Woods heredado de la II Guerra mundial.
Pero hoy, al ser la oferta de oro constante en el tiempo, comparada con la de otras materias primas como, por ejemplo, el petróleo, el metal amarillo goza de una imagen de estabilidad.
Entre 2018 et 2019, la producción minera apenas cambió, registrando un alza de 1%, y solamente el aumento del reciclaje permitió aumentar la oferta en un 3%.
Aunque el oro es muy apreciado por los inversores, tiene en cambio conocidos detractores, como el multimillonario Warren Buffett, que lo denosta por su improductividad.
Más lejos en el tiempo, el economista John Maynard Keynes se había mofado del precioso metal al calificarlo de «reliquia bárbara».
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