La amarga disputa comercial entre China y EEUU se está extendiendo cada vez más en el dominio militar, con un incidente de riesgo en el Mar de China Meridional que pone de relieve los peligros de tensar las relaciones bilaterales.
En lo que la Armada estadounidense ha llamado un encuentro “inseguro y poco profesional”, un buque de guerra chino navegó a solo 45 yardas (41 metros) de un destructor de Estados Unidos mientras pasaba por las áreas reclamadas por los chinos en el Mar de China Meridional, lo que obligó a la embarcación norteamericana a realizar una acción evasiva.
El incidente cerró días de movimientos militares que se desarrollaron desde que el presidente Donald Trump intensificó su guerra comercial con China.
“El encuentro cercano entre el destructor chino y el “USS Decatur” fue el más cercano registrado hasta ahora”, dijo a la AFP Timothy Heath, analista de investigación de defensa internacional de la RAND Corporation.
“Puede reflejar en parte las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China. Pero también parece reflejar una creciente disposición por parte de Beijing de probar a los estadounidenses en el Mar de China Meridional”, agregó.
Pekín reaccionó furiosamente después del incidente, diciendo que esa operación de “libertad de navegación” de Estados Unidos amenazaba la soberanía y seguridad de China y dañaba las relaciones militares entre las dos potencias.
El encuentro de las naves siguió a una serie de otros incidentes militares entre efectivos de ambos países.
La semana pasada, los planes para una reunión en Pekín entre el secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, y su homólogo chino, el general Wei Fenghe, fracasaron después de que China se negara a concretar la cita.
Días antes, China rechazó una visita al puerto de Hong Kong de un buque de guerra estadounidense y canceló una reunión entre el jefe de la marina china y su homólogo estadounidense.
Todo esto se produjo en la época en que bombarderos B-52 de EEUU participaron en una operación conjunta con Japón sobre el Mar de China Oriental y volaron a través del espacio aéreo internacional sobre el Mar de China Meridional.
El Ministerio de Defensa chino denunció esos sobrevuelos como acciones “provocadoras”.
Mattis reconoció esta semana “puntos de tensión” entre EEUU y China, pero dijo a los reporteros que no “lo veo empeorar”.
– Código de Conducta –
Los militares estadounidenses y chinos acordaron en 2014 un código de conducta para encuentros no planificados en el mar, con el objetivo de ayudar a las dos marinas a evitar contratiempos.
No estaba claro si la maniobra del domingo se produjo a petición de Pekín o si fue iniciada por decisión del capitán del barco chino, pero las motivaciones políticas probablemente fueron un factor para forzar un contacto cercano.
“Con las tensiones elevadas, China parece motivada a arriesgarse a una posible colisión como medio de intimidación. Existe un riesgo real de error de cálculo”, dijo Heath.
La guerra comercial de Trump ha enfurecido a Pekín, al igual que su autorización de una venta de armas por 1.300 millones de dólares a Taiwán, territorio al que China considera una provincia rebelde.
La semana pasada, Washington promulgó nuevos aranceles contra importaciones provenientes de China que abarcan a otros 200.000 millones de dólares.
Y además la administración Trump ha impuesto sanciones a China por su reciente compra a Rusia de aviones de combate Sukhoi Su-35 y sistemas de misiles tierra-aire S-400.
– Encuentros anteriores –
Las relaciones castrenses entre Estados Unidos y China ya se habían puesto tensas antes.
Los intercambios militares entre los dos países, incluidas las llamadas a puertos, se suspendieron temporalmente luego de una colisión en el aire entre un avión espía EP-3 de EEUU y un caza chino en 2001 frente a la costa sur de China, lo que provocó una gran tensión diplomática.
El piloto del caza chino murió en la colisión y el EP-3 se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en la isla china de Hainan, con la tripulación detenida durante 11 días antes de ser liberada.
Es probable que persistan las tensiones militares actuales, dijo Bonnie Glaser, asesora principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, ya que se ajustan a los objetivos políticos de Trump.
La semana pasada, Trump acusó a Pekín de querer interferir en las próximas elecciones en Estados Unidos.
“Esto parece una estrategia del presidente”, dijo Glaser a la AFP. “Apenas quiere redoblar la presión sobre China tanto como le sea posible”, explicó.
Al observar que tales acciones violaban las reglas establecidas, Glaser agregó que el último contacto naval registrado en el Mar de China Meridional representó un “nivel diferente de interferencia” en una operación de libre navegación de EEUU.
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