Cataluña, cuyos dirigentes abogan por la secesión del reino de España, es uno de los motores de la economía del país, puntera en exportaciones, industria, investigación y turismo, a pesar de una elevada deuda.
Barcelona alberga además grandes empresas: el grupo textil Mango, el tercer banco español, CaixaBank, el grupo energético Gas Natural, el gestor de autopistas Abertis o el perfumista Puig, propietario de Nina Ricci, Paco Rabanne y Jean-Paul Gaultier.
El agroalimentario es el mayor sector industrial de Cataluña en términos de empleo y volumen de negocios, gracias a la industria de la carne y en particular el segmento del cerdo.
Cataluña concentra por otro lado la mitad de toda la producción química de España, con un gran polo en Tarragona. Su actividad es superior a la de ciertos países europeos como Austria, según la federación regional del sector.
Nissan y Volkswagen (a través de su marca Seat) poseen allí varias fábricas. España es el segundo mayor fabricante se coches de la Unión Europea, por detrás de Alemania.
Investigación puntera
Cataluña apuesta mucho por la investigación, en particular en biociencias (genética, neurociencias, biología celular, etc), un sector que representa el 7% de su PIB. Cuenta con hospitales punteros, centros de investigación y hasta un acelerador de partículas, y se presenta como la primera región de Europa en número de empresas farmacéuticas por habitante.
Las nuevas tecnologías están también muy presentes en Barcelona, que cada año acoge el congreso mundial de la telefonía móvil.
Las universidades figuran entre las mejores de España. De las cinco primeras universidades españolas de la clasificación de Shanghái, tres son catalanas. También hay dos importantes escuelas de comercio, y Barcelona cuenta con grandes editoriales en lengua española, como Planeta y Anagrama.
Primer destino turístico
Con su capital, Barcelona, y las playas de su Costa Brava, es la región española que atrae más turistas extranjeros.
La tendencia se acentuó en los últimos años. Más de 18 millones de personas visitaron Cataluña en 2016, es decir una cuarta parte del total de los extranjeros llegados al país.
Su aeropuerto (El Prat) es el segundo del país, después del de Madrid. Acogió en 2016 a más de 44 millones de pasajeros, y es muy apreciado por compañías de bajo coste, que quieren crear allí una plataforma europea para sus vuelos de largo recorrido con destino al continente americano.
Por otro lado, el puerto de Barcelona es el tercero de España en volumen de mercancías, por detrás del de Algeciras y Valencia, y uno de los más relevantes de Europa en cuanto a cruceros.
El impacto de la independencia
El debate es apasionado entre los simpatizantes y los detractores de la independencia, que suelen fundamentar sus cifras en metodologías e hipótesis diferentes.
Según el ministro de Economía español Luis de Guindos, una Cataluña independiente saldría de la Unión Europea, su PIB caería entre un 25% y un 30% y el desempleo se duplicaría.
Algunos economistas creen por el contrario que el nuevo Estado se mantendría en la UE y calculan que su PIB se mantendría estable a corto plazo y aumentaría un 7% a largo plazo.
El gobierno catalán cree también que la región no sufriría más un “déficit presupuestario”, derivado del hecho de que aporta al Estado central más dinero del que recibe.
El ejecutivo catalán cifra ese déficit en alrededor de 16.000 millones de euros (8% del PIB regional), y el gobierno central, con otra metodología, en 10.000 millones (5% del PIB regional).
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