La Cámara de Caracas rechazó las medidas económicas aplicadas por el presidente Nicolás Maduro por ser “inconsultas e ineficientes para definir un esquema de finanzas públicas que contrarreste los efectos de la hiperinflación”.
En ese sentido, la Cámara solicitó al Gobierno buscar formas concertadas que impiden el desarrollo del país y garantizar a la población el acceso a bienes y servicios, mediante la producción y la reducción de la inflación.
En los últimos días, el Ejecutivo dio marcha a un “plan de recuperación económica”. Entre las medidas aplicadas se encuentran la reconversión monetaria, por la cual bolívar fue despojado de cinco ceros y pasó a llamarse bolívar soberano. El aumento del salario mínimo que a partir del 1 de septiembre se incrementará 35 veces en comparación al que aún está vigente y que fue fijado en BsS 1.800.
Además, se fijaron los precios de 25 productos de la cesta básica, en un contexto de hiperinflación que, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, cerrará el año en 1.000.000%.
Para la asociación, las políticas públicas deben ser producto de la discusión abierta con los diferentes sectores del país y “el respeto al derecho de propiedad y la libertad económica, deben ser el sustento de cualquier plan de generación de riqueza”.
La Cámara hizo un llamado a que “la normativa complementaria a ser dictada por la Administración Tributaria se oriente por la búsqueda de la seguridad jurídica, mediante su transparencia para evitar una incidencia perniciosa en el flujo de caja de las empresas”.
De igual manera, exigió el cese de las sanciones “indebidas” a las empresas y manifestó su oposición al aumento de 3.500% del salario básico que, según expresa a través de una nota de prensa, “fue decretado sin tomar en consideración la grave depresión que vive la actividad económica y que amenaza con exterminar las empresas que durante los últimos años han sobrevivido toda clase de controles y persecución”.
La Cámara concluye que las consecuencias de este “plan” en la economía se traducirán en “la huida del capital humano y financiero, llevando el desempleo y la necesidad de la gente a niveles nunca antes previstos, causando la dependencia económica total del Estado como único abastecedor de bienes y servicios”.
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