La UE aportará 35 millones de euros a América Latina para que enfrente la crisis migratoria venezolana, dijo este jueves el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, tras plantear a la región un “reparto de cuotas” de migrantes.
Al término de una visita a Bogotá, dentro de su primera gira por la región, el dirigente socialista reconoció el problema que supone para el “conjunto de América Latina” el “éxodo masivo” de personas que huyen de la crisis en Venezuela, pese a que el chavismo rechaza que se trate de una crisis de migración.
“Hoy precisamente en Bruselas se ha acordado el que vayan a ser 35 millones de euros los que la Unión Europea (UE) ponga a disposición de América Latina, para hacer frente” a esta coyuntura, sostuvo Sánchez en una conferencia de prensa junto con el presidente colombiano, Iván Duque.
El mandatario español destacó el “compromiso humanista” del gobierno colombiano frente al drama de cientos de miles de venezolanos que han cruzado la frontera en busca de alimento, medicinas y productos básicos que escasean en su país, y abogó por “una respuesta multilateral” al mayor flujo migratorio registrado en el continente en tiempos de paz.
Aunque no lo mencionó durante la rueda de prensa, Sánchez había planteado previamente que los gobiernos latinoamericanos adopten un sistema de “reparto de cuotas” para atender a los venezolanos.
Según la ONU, 2,3 millones de personas (el 7,5% de la población venezolana de 30,6 millones) vive en el exterior, de las cuales 1,6 millones se han ido desde 2015, cuando arreciaron las dificultades en el país con las mayores reservas de petróleo en el mundo.
La mayoría ha huido a Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Chile y Argentina ante la falta de comida y medicinas en Venezuela, una hiperinflación que el Fondo Monetario Internacional proyecta en 1.000.000% para 2018 y sueldos equivalentes a 30 dólares.
“Si concebimos a América Latina como una comunidad solidaria, es evidente que el reparto de cuotas podría ser una buena solución”, declaró Sánchez en entrevista con Blu Radio.
No obstante, Sánchez se apartó de las posiciones más radicales en el trato con el gobierno de Nicolás Maduro e insistió en un “diálogo” frente a la situación política y económica que propició esta en fuga en masa.
– “Presión internacional” –
Antes de partir hacia Costa Rica, última etapa de su periplo, Sánchez evitó descalificar al gobierno de Maduro como una dictadura – tal como lo hacen Estados Unidos y varios países sudamericanos a la cabeza de Colombia -, aunque afirmó que “no se puede llamar democracia a un sistema que tiene presos políticos encarcelados por sus ideas”.
Aun así, insistió en que son los propios venezolanos quienes deben resolver su situación.
“Venezuela fue un lugar durante la dictadura franquista que acogió a muchísimos españoles, gallegos, canarios (…) Prosperaron, vivieron allí. Entonces somos un país muy solidario, nos sentimos muy cercanos también a este drama que está viviendo Venezuela, y en consecuencia, lo que queremos es que se abra un diálogo entre venezolanos”, señaló previo a su encuentro con Duque.
Mucho más enérgico se expresó el jefe de Estado colombiano, quien en la misma rueda de prensa sostuvo que los venezolanos son “víctimas de una dictadura oprobiosa”.
Duque también reiteró su llamado a que las naciones afectadas por el éxodo apliquen una misma política migratoria, tras las decisiones de algunos países de restringir el ingreso.
En un principio Ecuador y Perú decidieron exigir pasaporte a los venezolanos, pero luego Quito suspendió la medida por una orden judicial y Lima la sustituyó por pedidos de refugio. Salvo Costa Rica, los países centroamericanos, incluido el aliado Nicaragua, impusieron el requisito de visas.
Frente al coletazo externo de la crisis, el presidente Duque apoyó las gestiones de la OEA para denunciar al gobierno de Maduro ante la Corte Penal Internacional por lo que considera “una serie de conductas sistemáticas que son violatorias” del estatuto de Roma que dio origen a ese tribunal.
Hay que “respaldar ese esfuerzo que ha venido haciendo el secretario (Luis Almagro), pidiendo que se adelante una investigación rápidamente para que se sienta esa presión internacional ante la brutalidad y los atropellos” en Venezuela, indicó.
Además de Colombia, Argentina, Chile, Perú, Canadá y Paraguay están en conversaciones para denunciar a Maduro por presuntas violaciones de derechos humanos.
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