El más reciente aumento del salario mínimo a BsS 1.800 parece producto de la improvisación en lugar de una medida estudiada, tomando en cuenta que a pesar de que entra en vigencia este 1º de septiembre aún no se publica en Gaceta Oficial, dijo Linerby Sánchez, directora de Proyectos del Instituto de Altos Estudios Sindicales (Inaesin).
Desde el 17 de agosto, fecha en la que el presidente Nicolás Maduro hizo el anuncio, trabajadores de los distintos sectores del país esperan por el decreto que incluye las tablas salariales y tabuladores de empleados y obreros de la administración pública.
La expectativa de los trabajadores es creciente. “Con un aumento de 5.900% hay quienes temen que se pierdan algunos rangos o que la diferencia entre un nivel y otro desaparezca prácticamente”, indicó Sánchez, quien añadió que el Ejecutivo parece no haber medido el efecto en los tabuladores.
En un video difundido recientemente, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, advirtió a sus mandos la imposibilidad de mantener las escalas vigentes hasta ahora con el nuevo alza salarial. El reconocimiento de esta realidad aumenta la preocupación entre el personal de la administración pública que sufre los rigores del colapso de la economía.
El poder de compra de los trabajadores se ha diluido en el último año en medio de una voraz hiperinflación y escasez de bienes y servicios que han deteriorado las condiciones de vida de los venezolanos.
Aunque el ajuste salarial es elevado desde el punto de vista nominal, el avance de la inflación –la firma Ecoanalítica la cifró en 54% solo en la semana del 17 y el 24 de agosto- ha restado poder de compra a los BsS 1.800.
Desde el Inaesin se hace un llamado a las autoridades a disipar la inquietud de los trabajadores publicando las tablas con los escalafones salariales.
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