El contexto económico actual ha llevado a las empresas a la condición de mantener un objetivo corporativo de supervivencia constante. Desde nuestra opinión, consideramos que el tamaño de la economía se mantendrá relativamente en niveles similares a los observados actualmente para los próximos dos años, ya que, aún con un cambio político, Venezuela necesita un conjunto de reformas macroeconómicas y microeconómicas que tomarán su tiempo en generar resultados.
A su vez, los niveles de financiamiento para levantar la empresa petrolera (principal sector en el cual hay que inyectar recursos para que su crecimiento irrigue la expansión del resto de la economía), requerirá no solo de tiempo para ser levantados, sino para ver los resultados de dichas inversiones.
Anteriormente, las empresas estaban compensando la caída en su flujo de caja operativo solo por precios (las unidades estaban cayendo), pero ya llegó el punto en que muchos productos no resisten un aumento de precios a la misma velocidad de antes, porque ya el consumo no responde de la misma forma, lo cual conlleva a las empresas a modificar sus planteamientos de venta, ya que caso contrario se corre un alto riesgo de cerrar en el corto plazo.
Ante lo anterior estamos viendo de manera más frecuente la presencia de descuentos para incentivar las compras, eventos como los “Black Friday” que en Venezuela en años anteriores no se veían, ahora son comunes en estas fechas. Esto es respuesta de la fuerte depresión de consumo.
Estamos observando que las empresas de nuevo están buscando reequilibrar su flujo de caja operativo con aumentos menos agresivos de precios pero buscando recuperar parte de las unidades vendidas, lo cual nos parece una estrategia adecuada ante el entorno actual, en el cual estamos percibiendo cada vez con más fuerza la proliferación de bodegones con ventas de productos importados que tienen precios más competitivos, en muchos casos, que los productos nacionales. Estimamos que el costo de producir un bien en Venezuela es entre 3 a 4 veces mayor que importarlo directamente.
Dentro de nuestro de listado de clientes corporativos, estamos viendo en empresas de manufactura cierres anticipados durante el mes de diciembre y aperturas para finales de enero 2020. Lo anterior pone un panorama de limitada actividad económica y consumo, lo cual debería generar un escenario de relativa estabilidad del tipo de cambio en enero, considerando además el fuerte freno a la actividad crediticia que actualmente observamos con la política de créditos indexados y una liquidez creciendo más lento de lo esperado en esta primera quincena de noviembre.
Lo anterior pone un reto enorme para las empresas en los próximos dos años: ¿cómo tener un pedazo más grande de una economía más pequeña? Esta pregunta es la principal que estamos escuchando y discutiendo en los comités de las empresas de consumo masivo y de retail en el país, ya que el ambiente económico está llevando a las empresas a un punto en que es imposible reducirse más y mantenerse operando, lo cual involucra que se debe recuperar “musculatura”, es decir, tamaño en ventas o porcentaje de mercado que permita soportar las estructuras de costos y gastos operativos.
En el Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados de esta semana evaluamos el set de retos que las empresas deben enfrentar en los próximos dos años, como mínimo, cuando todavía tendrán que enfrentar una economía en recesión, aunque menos pronunciada, probablemente, que en 2019.
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